Medardo Ángel Silva

Medardo Ángel Silva nace en Guayaquil un 8 de junio de 1898 fue periodista, escritor, músico y compositor autodidacta .Medardo Ángel Silva es considerado el mayor representante del modernismo en la poesía ecuatoriana,fue parte de la llamada Generación decapitada.

En 1910 empieza la secundaria en el reconocido Liceo Vicente Rocafuerte pero a los 15 años tuvo que abandonar el colegio y empezar a trabajar en una imprenta.Medardo Ángel Silva siguió estudiando como autodidacta incluso aprendió francés. Fue maestro escolar y además fue editor en diario El Telégrafo, el de mayor circulación en aquella época.

En 1913 trató de iniciarse públicamente en la carrera literaria, pero no tuvo éxito, pues todos sus intentos fracasaron. Dos años más tarde, a pesar de las dificultades su nombre ya era considerado en los círculos poéticos y literarios de Guayaquil.Su poesía está llena de imágenes melancólicas y de constantes llamados a la Muerte.

Fue profesor de un adolescente guayaquileña Rosa Amada Villegas Morán, con la cual tuvo una relación complicada porque Medardo era un hombre supremamente complicado, y Rosa Amada era una adolescente menor de edad .

La familia de Amada a mediados de 1918 prohibió la relación, considerando que silva era un hombre de riesgo.Silva entro en desesperación porque estaba muy enamorado de esta chica, entonces escribe Alma en los labios(Famoso poema , popularizado en la voz del cantante Julio Jaramillo) a través del cual quiso retomar ese amor. 

Un 10 de Junio de 1919 Medardo Ángel Silva puso fin a su vida,pero su legado continua por el romanticismo, la tristeza y calidad poética de sus versos .Los poemas de Medardo Ángel Silva han sido interpretados en las voces de grandes referentes del ámbito artístico nacional.

Poema de autoría de Medardo Angel Silva inmortalizado en la voz de Julio Jaramillo

Poema Se Va Con Algo Mío.. de Medardo Angel Silva

Se va con algo mío la tarde que se aleja…

mi dolor de vivir es un dolor de amar,

y al son de la garúa, en la antigua calleja,

me invade un infinito deseo de llorar.

Que son cosas de niño me dices… ¡Quién me diera,

tener una perenne inconciencia infantil,

ser del reino del día y de la primavera,

del ruiseñor que canta y del alba de abril!

¡Ah, ser pueril, ser puro, ser canoro, ser suave

trino, perfume o canto, crepúsculo o aurora;

como la flor que aroma la vida… y no lo sabe,

como el astro que alumbra las noches… y lo ignora!